

François Jullien
Epeele 2013 / ISBN n°978-607-9006-02-0 / 127 p. / $250 (pesos mexicanos).
Prix: $25 US Dlls, 25 euros

A pesar de la revolución que efectúa, ¿no sigue dependiendo Freud de herramientas intelectuales europeas? ¿Y no deja por ello en la sombra determinados aspectos de la práctica analítica que su teoría no pudo explorar?
¿Y cómo se puede dar cuenta de ello, si no es saliendo de Europa?
Propongo aquí cinco conceptos, abstraídos del pensamiento chino, en los cuales lo que sucede en la cura podría reflejarse y tal vez explicitarse mejor. Cada uno realiza un desfasaje: la disponibilidad con respecto a la atención del psicoanalista; la alusividad con respecto al decir del analizante; el sesgo con respecto a la ambición del método; la des-fijación con respecto a la apuesta misma de la cura; la transformación silenciosa, por último, con respecto a la exigencia de la acción y de su resultado.
Otras tantas aproximaciones que muestran el psicoanálisis desde una perspectiva oblicua, revelando su carácter impensado. Pero ese carácter impensado, ¿no es también el del pensamiento europeo descubierto en sus prejuicios?
Por lo cual cabe introducir el pensamiento chino de donde provienen esas nociones que, trasladadas al terreno del psicoanálisis, se ponen nuevamente a trabajar.
F. J.
François Jullien es titular de la cátedra sobre la alteridad en el Collège d'études mondiales de la Fundación Maison des sciences de l’homme. Su obra ha sido traducida en veinticinco países.
Vladimir Jankélévitch
Epeele 2012 / ISBN n° 978-607-7694-12-0 / 192 p. / $280 pesos mexcanos.
28 USD. 28 euros

¿Qué es la ironía? ¿Cuáles son sus formas? ¿Cuáles son, también, sus trampas? Tantas preguntas delicadas a las que el autor, no desprovisto de su propia ironía, responde con la ayuda de infinidad de ejemplos que muestran su enorme cultura tanto musical como filosófica.
Sumariamente, ¿qué es la ironía sino la conciencia, una buena conciencia gozosa —con la que se distingue de la hipocresía? No hay humor sin amor ni ironía sin goce. La ironía, en suma, salva lo que puede ser salvado. Es mortal para las ilusiones, teje, por doquier, las telas de araña en las que quedan atrapados los pedantes, los vanidosos, y los grotescos. “Ironía, verdadera libertad”, clama Proudhon en el fondo de su celda en Sainte-Pélagie. La ironía interroga todo; con sus preguntas indiscretas arruina cualquier definición, perturba todo el tiempo la pedantería pontificante que se encuentra presta a instalarse en una deducción satisfecha. Gracias a la ironía, cuando se reconoce, el pensamiento respira más ligeramente, danzarina y chirriante, en el espejo de la reflexión.
Guy Le Gaufey
Epeele 2011 / ISBN n°978-607-9006-01-3 / 208 p. / $300 pesos mexcanos.
30 USD, 30 euros

He aquí un seminario dictado en 1996, nunca antes publicado, ni siquiera en francés, lengua en la que fue pronunciado. Aquel año, me había parecido urgente, no sólo reconstituir con precisión el recorrido que permitió a Lacan plantear —entre 1959 y 1963— un objeto totalmente distinto del que había fundado desde el estadio del espejo, sino también apelar a otros saberes diferentes del psicoanalítico para aclarar la consistencia muy especial de este objeto a. De ahí la preocupación por cosas tan ajenas entre sí como el milagro, la reliquia, el punto de fuga, el papel moneda o la noción de variable. Ninguna de ellas “es” el objeto a; pero todas permiten acercarse a este vacío activo que Lacan instaló en el campo freudiano para desempeñar el papel de una “mitad sin par”, con la cual el sujeto ligado al significante juega su partida.
Guy Le Gaufey practica el psicoanálisis en París. Miembro de l’école lacanienne de psychanalyse, ha publicado numerosos libros y artículos. En Epeele: Anatomía de la tercera persona, El lazo especular, El caso inexistente, La evicción del origen.
Jean Allouch
Epeele 2009 / 460 p. / $350 M.N, $35 U.S Dlls 35€.

LETRA POR LETRA
De Jean Allouch
Nueva traducción y edición.
Prefacio de Jean Allouch (2009): “Veinticinco años después”
Traducción: Marcelo, Nora y Silvia Pasternac
Un psicoanalizante aporta este brevísimo sueño: la imagen de la letra H. Está dibujada en color blanco sobre un cartel de fondo azul. Estas precisiones abren la interpretación: H cifra el significante “hospital”. Se trata, de hecho, de una transliteración ya que de esa imagen a esta palabra hay toda la distancia de una escritura ideográfica a una escritura alfabética. No sin provocar la risa divertida viene la interpretación: la víspera, su psicoanalista había intervenido de una manera intempestiva y esta H, que remite por contigüidad a la conminación “¡Silencio!”, viene a significar al psicoanalista que tiene que mantener su lugar… y nada más.
Con su reinscripción en otra parte (la operación analítica efectiva), el ser que puede leer su huella se hace “dependiente de un Otro cuya estructura no depende de él”. Esta fórmula de Jacques Lacan sitúa la clínica analítica –una clínica del escrito– como la de los avatares de esta dependencia. Al recorrer aquí sus diversas formas (toxicomanía, histeria, fobia, fetichismo, paranoia) se verá desprenderse la instancia de la letra como transliteración.
Jean Allouch, practica el psicoanálisis en París. Miembro de la école lacanienne de psychanalyse de la que fue Director. Autor de numerosos libros y artículos. Epeele ha publicado en particular Marguerite, Lacan la llamaba Aimée, La erótica del duelo en los tiempos de la muerte seca, Freud, y después Lacan, ¿Hola, Lacan? - Claro que no, El doble crimen de las hermanas Papin y En estos tiempos
Marie-Claude Thomas
Epeele 2008 / 334 p. / $300 M.N, $30 U.S Dlls 30€.

Consecuencias para el "psicoanálisis de niños"
Para ver la información completa, haga click en el título de la obra
Muchos lacanianos hicieron a un lado a Melanie Klein con desprecio pero, y es lo que este libro busca mostrar, con equívoco, con descuido: Lacan leyó y apreció la manera en que Melanie Klein se comprometía en la experiencia analítica (contra el anafreudismo) y de ello daba cuenta. Haberla tomado en serio tiene consecuencias al menos para dos acercamientos a un mismo asunto.
Para la determinación que Lacan le da al significante como forma: Formel oder Bildung (Symbolbildung) ¿formal o entidad concreta? La relectura actual de Saussure, de sus notas, confirma que si se formula la hipótesis del inconsciente (formular esta hipótesis no es una “operación intelectual”, es estar en un cierto medio, lugar de experiencia sensible), el significante está del lado de la Bildung, de la encarnación del proyecto creador, de los sentimientos de la lengua, de la evocación. En pocas palabras, de la imaginación, es decir, de un aspecto de Melanie Klein que ciertamente fue criticado por el propio Lacan con su distinción imaginario/simbólico/real, pero que no por ello fue estigmatizado o rechazado.
Para la práctica analítica con los niños: ¿análisis o psicologización? La importancia del juego, de la Play-Technique, en el sentido muy preciso que le dio Melanie Klein como equivalente de la asociación, es justamente ser la oficina, la puesta en ejercicio por la analogía, es decir, por el principio de la cuarta proporcional, de las intuiciones gramaticales, de una metaforización: metáfora como punto de pasaje, como puesta a manera de aguaviva, el gel de la angustia, es decir, como la metamorfosis de la angustia en deseo. Angustia y deseo son harina del mismo costal, objetos a, es lo que muestra el relato de Edgar Allan Poe, Un descenso al Maelström.
Marie-Claude Thomas miembro de la école lacanienne de psychanalyse, practica el psicoanálisis en París, es autora de numerosos artículos.
Gloria Leff
Epeele 2007 / $250 M.N, $25 U.S Dlls 25€ .

"Cuando dos hombres salen juntos de una chimenea, ¿cuál de los dos irá a la varse la cara?" Lacan toma prestada esta pregunta de una anécdota sobre el Talmud y con ella interroga la especificidad de la erótica analítica. Al desplegarla, nos dará una primera pista: "la comodidad" con la que algunas analistas se desplazan por la contratransparencia.
Pero, ¿acaso Lacan no había desterrado de su enseñanza la problemática contratransferencial? En el seminario L'anloisse(1923-1963), la explora de tal modo que se revela como un indicador de la distancia que lo separa de sus seminarios anteriores, y como una marac de su diferencia con "Feud".
Lacan opone el análisis de "la joven homosexual" (en el que Freud fracasa) con un análisis "logrado" reportado por "una mujer analista" en 1956. Surgen así, en el seminario, dos posiciones irreconciliables en torno a la contratransferencia o, dicho en términos de Lacan, dos formas radicalmente distintas de colocarse con respecto al objeto a.
Al final del recorrido, Lacan terminará desmontando el punto en el que se detenía el análisis con Feud, la "roca de la castración", para afirmar entonces que ese límite puede franquearse: el análisis es terminable.
Gloria Leff es miembro de la Ecole Lacanienne de Psychanalyse: practica el psicoanálisis en México.
Guy Le Gaufey
Epeele 2007 / $200 M.N, $20 U.S Dlls 20€.
Epeele anuncia la aparición de La evicción del origen de Guy Le Gaufey al precio de 200 pesos , 20 dólares o 20 euros
Guy Le Gaufey
Epeele 2006 / $300 M.N, $30 U.S Dlls 30€ .
Una compilación de 27 artículos, algunos ya traducidos en castellano, otros no.

El analista nunca había visto el más mínimo inconveniente en que le contaran y le volvieran a contar historias, hasta la saciedad. No podía no acordar una atención muy especial a aquellas innumerables historias que le reservaban. Más eso se repetía, menos lo enojaba. Todo habría estado como a pedir de boca si, enfrente de ese flujo de palabras, no le habría surgido como desde la grasa del sillón, esta pregunta abisal que retornaba en contadas ocasiones: ¿qué relación entre esas palabras y la “teoría”? ¿Qué relación entre esta serie interminable de nociones, de conceptos, de textos entrelazados, esta lujuriante terminología cruzada con efectos de moda, en resumen, qué de todo eso que intercambia a lo largo de sus reuniones el pueblo de los analistas? La respuesta era casi siempre la misma: no parecía haber existido ni tan siquiera una relación. Y cuando, como sorpresa, ocurría que tal palabra de un analizante se presentaba como la idónea ilustración de yo no sé qué verdad muy psicoanalítica, pasada la breve satisfacción de aquél que, despistado delante de un cuadro de pretensiones no figurativas, exclamaría alegremente: “¡Aquí, aquí, una manzana! La reconozco, es una manzana” – cuando eso ocurría, no podía hacer otra cosa que caer en una especie de rabia y exclamar: –No, no y no, eso no daba forma a una “relación”. Allí fue Troya, allí venía al caso, el caso que no era un caso, el caso inexistente, para sacar partido: sabía lo que todos sabían –el analista incluido en esta lista– y parecían dispuestos a ignorar. Sabía que la sobreabundancia de “relaciones” de toda clase y naturaleza no le hacía ninguna mella a esa ausencia abrupta y fría –pero también, a veces, viva y calurosa– de cualquier lazo, ausencia que lograba no cerrarse sobre ella misma para mirarse, contemplarse. Es decir, que incluía un rechazo tónico de la reflexividad. Un noli me tangere que llegaría hasta olvidarse de él mismo. Que ignoraría qué es “él mismo”.
Raquel Capurro y Diego Nin
Epeele 2006 / $300 M.N $30 U.S Dll 30€.

Sándor Ferenczi y Otto Rank
Epeele 2005 / $120 MN $12 U.S Dlls 12€.
Ya desde 1918, en su artículo “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica”, Sigmund Freud expresaba cierto desencanto con los resultados obtenidos en la práctica del psicoanálisis, a dos décadas de su invención; también reconocía con inquietud la creciente divergencia entre el desarrollo de la técnica y el de la teoría. Era un momento de crisis para el movimiento psicoanalítico, que había estado en riesgo de dispersarse y desaparecer durante los años de la Gran Guerra.
En ocasión del 7° Congreso Psicoanalítico Internacional, celebrado en Berlín en 1922, Freud reiteró su interés sobre estas cuestiones al anunciar un concurso que premiaría al trabajo escrito que mejor se ocupara de la problemática relación de la técnica con la teoría analíticas. La convocatoria se hizo oficial en marzo de 1923; allí se invitaba a indagar en qué medida la técnica influía en la teoría, con la finalidad de poder determinar si ambas se promovían u obstaculizaban recíprocamente. Aunque no fueron presentados trabajos para hacerse acreedores al premio —mismo que luego se declaró desierto—, Sándor Ferenczi y Otto Rank, miembros del círculo más cercano a Freud, estuvieron muy cerca de enviar sus elaboraciones conjuntas sobre un tema del que ya se ocupaban hacía meses. Prefirieron en cambio discutir sus textos —escritos por separado—, durante las vacaciones de verano de 1923, y hacerlos publicar conjuntamente bajo el título de Metas para el desarrollo del psicoanálisis, un año más tarde.
En un principio, Freud saludó la aparición del libro, cuyo contenido parcial conocía de antemano, ya que Ferenczi había leído un extracto del mismo ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena unos meses atrás. Aun así, los puntos de vista sostenidos por sus autores desataron una gran polémica entre los demás miembros del Comité de los Anillos, quienes creían reconocer allí las semillas de una nueva disidencia. Quizá influido por estas voces críticas, Freud modificó su posición inicial y expresó su desacuerdo con algunas de las ideas allí planteadas.
Entre aquellas que suscitaron mayor controversia estaban las que proponían un papel más activo del psicoanalista, buscaban favorecer la repetición en los pacientes —aun en detrimento de la rememoración—, cuestionaban el modo de interpretación “teorizador” de muchos analistas, se preguntaban sobre la conveniencia de poner un plazo a la terminación de los análisis, y discutían acerca de la importancia de la transferencia “negativa”, lejos de considerarla como mera resistencia.
A pesar de lo innovador de sus planteamientos, Ferenczi y Rank aseguraban que tan sólo llevaban un poco más lejos lo que Freud mismo habría ya señalado en sus trabajos. Esto no evitó que la relación de éste con uno y otro quedara, de ahí en más, seriamente afectada, si bien en circunstancias y momentos muy distintos. ¿Quién podría, hoy en día, poner en duda la actualidad de los temas abordados en este libro? No sólo por su interés histórico, sino —sobre todo— porque se refieren a problemas de la práctica que aún merecen discutirse. Esta es la razón que lleva a publicación de la primera edición integral en español de un título imprescindible para el lector del psicoanálisis.
Georges-Henri Melenotte
Epeele 2005 / $300 M.N $30 U.S Dlls 30€.
El imaginario es poco considerado en nuestros días: lugar de la ilusión, de la falsedad, del engaño que extravía al sujeto en su búsqueda de la verdad. Este enfoque proviene de un análisis dominado por la sociología. El imaginario sería simplemente la imagen, sin que se prejuzgue sobre lo que ésta es.
Así, se descuida el ternario lacaniano que articula de manera borromea imaginario, simbólico y real. Contra todo prejuicio peyorativo, Lacan establecía la equivalencia de las tres consistencias.
Este libro se propone como ubicación de un momento particular de la experiencia lacaniana del imaginario, momento de crisis de la concepción original que Lacan introdujo en el campo freudiano con el estadio del espejo. George-Henri Melenotte estudia ese momento de viraje, con el despliegue de las salidas que Lacan intentó encontrarle.
Se le propone al lector un recorrido en zigzag. El abordaje del imaginario pasa por el consumo de las sustancias, con demasiada frecuencia calificado como toxicomanía. Michaux, Foucault, Witkin se codean así con Freud y Lacan. Igualmente, Parmiggiani et Orlan son etapas de ese recorrido. Éste se cierra con un retorno a ciertos textos de Lacan sobre el estadio del espejo. Tras la invención del objeto (a), no solamente el esquema óptico desaparece progresivamente del horizonte, sino también las cualidades de la imagen. La fijeza deja su lugar a una imagen fluctuante cuya movilidad puede ir hasta formas extremas, e incluso imprevistas (el animal o el monstruo). En cuanto al Urbild, que le da a la imagen su valor de archivo, simplemente desaparece, con lo que paga su cuenta a la herencia junguiana, a la persistencia de la imago.
Raquel Capurro
Epeele 2004 / $200 M.N $20 U.S Dlls 20€.

Nora Pasternac y Marcelo Pasternac
Epeele 2003 / 304 p. / $200 M.N $20 U.S Dlls 20€.

Para dar su definición, por ejemplo, de la significancia, Lacan se apoya como en otras ocasiones, en un neologismo: «la significancia es algo que s'éventaille, si ustedes me permiten este término, del proverbio a la locución». Y ciertamente la «significancia» tiene el efecto que produce el significante éventaille, en el que se pueden desplegar los diversos componentes que tenía condensados: la palabra éventail (abanico), (s')éventer (ventilar; figuradamente, divulgar) y un sufijo que en francés tiene connotación despectiva: -aille. Es decir que la «significancia» de ese significante se abanica, se ventila y hasta puede tener (aunque poco probablemente) una dimensión despectiva en juego. Todo eso porque la «cristalografía» de la lengua permite una condensación, y luego un despliegue que va con el significante mucho más allá, en una dimension en la que el dicho puede, si uno se ocupa, dejar a la luz lo que había quedado escondido del decir en lo que se oye y que hasta entonces uno había creido entender cuando, en realidad, permanecía en la dimensión de lo oculto en el dicho. El neologismo es, en este punto, mucho más expresivo que el dicho convencional consagrado por el diccionario, justamente por su presentación enigmática: «¡¿Qué querrá decir s'éventaille?!», se preguntará el hablante francés ante esa palabra que no figura en el diccionario, y así se impulsará una interrogación que habitualmente no le propone la lengua convencional, y con ello la posibilidad del descubrimiento de una dimensión hasta entonces oculta, encubierta.
Wladimir Granoff
Epeele 2003 / 160 p. / $250 M.N $25 U.S Dlls 25€.

Wladimir Granoff (Estrasburgo 1924 - Paris 2000)
Procedente de una familia cercana a la nobleza rusa, Granoff se caracterizó por sus maneras refinadas, sus gustos de dandy, su afición a los coches deportivos y un interés profundo por las lenguas. Hablaba, en efecto, fluidamente por lo menos cuatro lenguas y solía decir: «Cuando encierro en mi cabeza palabras ofensivas, o cuando cuento, es en inglés; cuando me quejo y siento lástima por mí mismo, me lo digo en ruso, y cuando hablo frente a un público, lo hago en francés. Pero cuando me canto canciones de la infancia, son alemanas». Ferviente lector de Freud, se mostrará singularmente atento a los problemas que plantea su traducción, como si para él la única vía de acceso al pensamiento fuera la que se inscribe en las lenguas y viaja a través de ellas. A él le dedica entonces cuatro de los ensayos centrales reunidos en este libro.
Este es el personaje que la historia designó junto con François Perrier y Serge Leclaire (la llamada «troica») para encargarse de la delicada tarea de convencer a los dirigentes de la International Psychoanalytic Association que aceptaran acordar su reconocimiento oficial a la nueva Société Française de Psychanalyse (con Lacan incluido). Desplegó en esas negociaciones un enredado juego de componendas y maniobras que lo comprometieron en el papel oscuro y triste, lamentable y trágico, que terminó por desempeñar en la exclusión de Lacan de la internacional psicoanalítica. La IPA exigió, efectivamente, la eliminación de la enseñanza y la clínica didáctica de Lacan, lo que significaba de hecho su exclusión, que Lacan calificó en 1964 como una «excomunión». Después de intrincadas negociaciones, llegó el momento de decidir y cada uno siguió su camino: Granoff a la IPA, mientras sus dos compañeros optaron, en ese momento, por acompañar a Lacan. Esto permitió que muchos lo designaran en el lugar del traidor pero su personaje es sin duda mucho más complejo y no puede ser reducido a esa dimensión. Como dice Allouch, entre Lacan y Granoff hubo dos malentendidos cruzados. Granoff trató de conciliar lo inconciliable y de mantener a Lacan en su pertenencia a la institución, que en esa época tenía un poder sin alternativas aparentes en la escena internacional. Poder que ejercía de tal modo que una exclusión tenía, por entonces, un efecto desgarrador. Y así resolvió que si los analizantes de Lacan deseaban ser aceptados por la IPA como analistas debían abandonarlo y emprender su análisis con otro psicoanalista. Acorralado, Granoff optó y lo hizo por la institución internacional. En cuanto a Lacan, su exclusión tuvo un efecto paradójico: liberarlo del corsé institucional burocrático y lanzarlo a una exacerbación de la originalidad de su enseñanza y sus efectos fecundos para el psicoanálisis.
Este contexto vuelve indispensable para los lectores interesados en el psicoanálisis el acceso a los textos que incluye este volumen: además de los consagrados a Freud, las entrevistas tituladas «Palabras sobre Jacques Lacan», y «¿Lacaniano o no?» que dan una idea de esa intensa y difícil relación; los artículos sobre Ferenczi cuya obra Granoff fue el primero en dar a conocer en Francia y los homenajes que rinde a los que con él integraron aquella troica de triste tarea.
Danielle Arnoux
Epeele 2002 / 510 p. / $320 M.N $32 U.S Dll 32€.

Traducción en castellano del libro que ganó el premio Œdipo 2001 en París.
«Sin duda usted ya ha escuchado hablar de mis aventuras funambulescas y de lo que luego resultó de ellas. Para terminar, fui secuestrada por un ciclón junto con mi taller, pero, por un singular efecto del tornado, mis cascajos resbalaron directamente al bolsillo de Rodin y sus consortes, mientras que mi desafortunada persona se vio transportada delicadamente a un recinto enrejado en compañía de muchos alienados. Hago lo posible por figurar de manera honorable en esta amable corporación: ¡No lo hago demasiado mal! Si usted quiere comprobar por si misma lo que ocurre no tiene más que tomar el Metro hasta Saint-Mandé y luego el tranvía de Saint-Mandé a Ville-Évrard (Sanatorio especial). La espero detrás de la reja
Camille Claudel
Marcelo Pasternac
Epeele 2001 / 164 p. / $200 M.N, $20 U.S Dlls 20€.

La opción entre Lacan o Derrida que presentamos desde el título se restringe al campo del psicoanálisis y no abre juicio sobre el valor y la pertinencia de una obra polifacética y fecunda que hace de Derrida uno de los pensadores más importantes de nuestra época y, además, uno de los más sensibles a las injusticias y a la opresión en las sociedades de estos días.
Pero en el ámbito del psicoanálisis sus posiciones exigen de nuestra parte, justamente, un cuidadoso estudio que ahora nos permite afirmar que la irrupción de Derrida en él impone la opcióno bien el psicoanálisis, en particular el lacaniano, o bien la caída en un análisis deconstructivo en el que se disuelve la especificidad de la experiencia psicoanalítica.
Derrida sostiene una concepción en la cual una categoría, "análisis", comprende en la serie de sus integrantes al "psicoanálisis" (otro de los cuales es, en especial, la "deconstrucción"). Esta continuidad teórica, sin rupturas, le permite sostener la inclusión del psicoanálisis entre los que responden, en dicha serie, a un "axioma de interminabilidad". La especificidad del psicoanálisis implica, por el contrario, justamente la cuestión ineludible del fin del análisis, tesis lacaniana fundamental. Esto constituye una diferencia radical con el "juego de lenguaje" filosófico de Derrida.
Podemos interrogarnos sobre las consecuencias que puede tener la producción específica del psicoanálisis sobre un discurso filosófico con el cual, sin embargo, no comparte el orden de sus problemas. Pero, de igual modo, ¿hasta que punto las aparentes objeciones que se expresan en el campo filosófico interrogan o impugnan la experiencia específica del psicoanálisis en su propio dominio?
John Rajchman
Epeele 2001 / 165 p. / $200 M.N, $20 U.S Dlls 20€.

Los biógrafos afirman que Lacan y Foucault apenas se trataban. Pero su influencia mutua, aunque discreta, fue importante. Según Foucault, Lacan formaba parte de aquellos que, con Klossowski y Bataille, comenzaron a hacernos salir en los años cincuenta de la fascinación hegeliana en la que estábamos encerrados, los primeros en hacer aparecer el problema del sujeto como asunto fundamental para la filosofía y el pensamiento moderno. Por su parte, en 1966 Lacan dirá que Foucault era un investigador cuya búsqueda no estaba alejada de la que él se proponía en nombre de la experiencia analítica. No se puede hablar de un diálogo, pues cada uno prosiguió su propia aventura.
Aun cuando Foucault fue un crítico implacable del psicoanálisis, acabó por distinguir a Lacan y por admirar esa dificultad que caracterizó su búsqueda de un estilo nuevo. En ocasión de la muerte de Lacan, Foucault le brindó un homenaje en estos términos: "Me parece que lo que le da todo el interés y la fuerza a los análisis de Lacan es [...] que fue el único, después de Freud, que quiso volver a centrar la cuestión del psicoanálisis en el problema de las relaciones entre el sujeto y verdad [...] Trató de plantear una cuestión que es histórica y espiritualla del precio que el sujeto debe pagar para decir la verdad y la del efecto que tiene en el sujeto la posibilidad de decir la verdad sobre él mismo."
El objeto del trabajo de John Rajchman consiste, además de aislar la cuestión de la ética en la obra de Foucault y Lacan, y de explorar sus ramificaciones e implicaciones actuales, en demostrar también que la ética fue la más difícil y la más íntima de las cuestiones para estos dos autores, revelando al mismo tiempo una compleja intersección entre ellos.
Preocupado por no desatender la erótica que está en juego en la ética, Rajchman, en una posición excepcional frente a sus contemporáneos norteamericanos, se basó en la proximidad Lacan/Foucault y la desplegó en estos términos: " [...] a su manera, cada uno de ellos [Lacan y Foucault] se esforzó por volver a plantear la cuestión histórica del eros y de la verdad. Desde ángulos diferentes, uno y otro reerotizaron para su tiempo, que es el nuestro, la actividad del pensamiento filosófico o crítico [...] Si en sus obras la cuestión de la ética se presenta bajo una forma particular o poco familiar, es por razones que la hacen inseparable de esa cuestión que la precede y que se refiere a la pasión actuante en el pensamiento."
Guy Le Gaufey
Epeele 2001 / 328 p. / $250 M.N $25 U.S Dll 25€.

El momento histórico de la lucha iconoclasta y de la "gran querella" que en el año 726 inició un emperador bizantino tiene como eje discursivo la cuestión de las imágenes.
Este mojón histórico lleva a Guy Le Gaufey a una re-lectura del estadio del espejo tal como Lacan lo formulara. En ese recorrido irá desplegando un importante abanico de abordajes de la imagen desde la psicofisiología (Wallon) hasta problemas de alta metafísica (Husserl) relativos a la representación como tal. La posición triunfante de la representación hizo que Freud la utilizara sin demasiados problemas para desplegar con esa categoría la novedad del inconsciente. El autor analiza el precio pagado por Freud y de qué modo la llegada de Lacan produce un vuelco en el uso de la representación y en el modo en que esta se distingue de la imagen especular.
Marcelo Pasternac
Epeele 2000 / 424 p. / $250 M.N $25 U.S Dlls 25€.
De este libro ha escrito Jorge Baños Orellana:
Muchas de las 1236 observaciones a la traducción de los Escritos que reúne este libro van a causar asombro e incluso horror, pero sobre todo van a traer gran alivio a los lectores de Lacan en castellano y a los que se empeñan en leerlo en su versión original sin tener al francés sino al castellano como lengua materna. Numerosos párrafos convertidos en mantras por nuestro lacanismo hispanoamericano, quedan develados aquí como simples artefactos de la traducción.
Para Marcelo Pasternac no es nuevo conseguir tales efectos de descolocación y esclarecimiento. Las últimas reimpresiones de los Escritos cedieron a su crítica y traen la marca de una de sus diez correcciones a la "Obertura de esta recopilación"; por eso en la página donde hasta 1989 se leía: "la imagen del mono imitando a Buffon en trance de escribir", ahora se lee: "la imagen de la lencería fina que engalana a Buffon en trance de escribir". Lamentablemente es la única que incluyeron, de allí que los lectores más advertidos guardan cuidadosamente las cinco entregas de "Elementos para disponer de una edición confiable de los Escritos de Lacan en español" que el autor fue publicando intermitentemente en la revista Litoral a lo largo de doce años. Esta vez no solamente se encontrarán esas cinco, sino que podrán consultarse treinta y ocho entregas: un capítulo dedicado a cada uno de los escritos y anexos e índices del grueso libro de Lacan.
En conjunto, comprende la localización y la solución de 1236 errores (como los de los sitios en los que en vez de escolástica deberían decir de escuela; en vez de preñez, pregnancia; en vez de fábrica, obra; de naufragio, aglutinamiento; de rechazo, retorno; de sustituye, coloca; de soporte, agente; etc., etc.), erratas (como las que convirtieron emplazamiento en aplazamiento; algo inconsistente en inconsciente; tal es en tal vez es; abrupta en abierta; sujeto en objeto; condensarse en condenarse; g en d; etc., etc.), omisiones (de palabras, renglones y hasta párrafos enteros, como puede comprobarse en las observaciones número 176, 239, 242, 471, 586, 587, etc., etc.) y discrepancias (en las que las que se señala la conveniencia de explicitar un pronombre tácito, de respetar cierto recurso de puntuación, de procurar un término con una orla de connotaciones más semejante, y otros dilemas que hacen al pasaje de lenguas).
Animado, en su juventud, por la pasión psicoanalítica de la Argentina; formado en Francia, como psiquiatra en la residencia de la Clínica Sainte-Anne y en la cátedra de Jean Delay, y como analista en escenarios de los últimos tiempos de Lacan y luego en la école lacanienne de psychanalyse; reside desde hace años en México, donde tuvo ocasión de mantener contactos con los responsables de la traducción de los Escritos, de allí que pueda decirse que las líneas de las trayectorias de vida de Pasternac lo destinaron a escribir este libro.
Guy Le Gaufey
Epeele 2000 / $250 M.N $25 U.S Dlls 25€.

"El analista no se autoriza más que por él mismo", tal fue el veredicto de Lacan sobre la muy delicada cuestión de la autorización. ¡Incomprensión y escándalo garantizados! Sin embargo, en esta distancia gramatical discretaentre "analista " y "él mismo" ["él mismo" que algunos confunden en nuestro medio con "si mismo"] subyace tal vez la fuente inagotable de la transferencia, puesta así en relación, por la sola virtud de esta noción de "autorización", con la determinación central de la persona ficticia en los textos de Hobbes. De ahí la idea dehacer una investigación sobre la tercera persona, tanto en el nivel de la constitución del Estado moderno como en la "irreductible ambigüedad" (Lacan dixit) del la transferencia. Pues entre el "él" de la expresión "él dijo" [il a dit, en francés] y el "él" [tácito en español] de "llueve" [il pleut, en francés] en las fronteras de la persecución y del destino, el psicoanalista y el Estado desarrollan estrategias incompatibles, que los vuelven sordos el uno al otro. ¿Por qué?
Compilación de Manuel Contreras Ramos y María Inés Pérez L.
Epeele 2000 / $140 M.N $14 U.S Dlls 14€.
Se trata de un conjunto de ensayos en torno al libro Extraviada presentados en un coloquio realizado en México. Algunos de los trabajos allí contenidos fueron escritos y reunidos en este volumen que incluye textos de Beatriz Aguad, Raquel Capurro, Martha Casarini, Araceli Colin, Manuel Contreras Ramos, Josafat Cuevas S., Gonzalo Fernández, Angeles López, Diego Nin, María Inés Pérez L., Lucía Rangel Hinojosa, Bernard Roland y Rodrigo Toscano.
Jean Allouch
Epeele 1998 / $250 M.N $25 U.S Dlls 25€.
Si Freud regresara hoy ¿se alegraría? El duelo como hecho psíquico es omnipresente, el "trabajo de duelo" especialmente se ha vuelto una banalidad. Sin embargo, una curiosa hipótesis sostenía esa manera de duelo, transformado a quien está de duelo en esclavo, ya que se pretendía que el objeto de duelo es sustituible. Este es el credo que se trata de interrogar. En primer lugar, con Ph. Ariès, volviendo a situar esa versión psicoanalítica en su contexto histórico: como una tentativa de supervivencia de la muerte romántica en el mismo instante (1914/1918) en que ésta cede su lugar a la muerte seca; luego, estudiando los componentes básicos de Duelo y melancolía, entre otros las nociones de "prueba de realidad", de "representación", de "objeto".
Leyendo en detalle la interpretación de Hamlet hecha por Lacan, Jean Allouch expone aquí la tesis opuesta: el objeto de duelo es insustituible. El duelo no es cambiar de objeto, sino modificar la relación con el objeto. Perder a alguien es también perder un trozo de sí. ¿Cómo situar a partir de allí, en su función subjetivante, la pérdida a secas con la que se halla enfrentado quien está de duelo en el tiempo de la muerte salvaje? La lectura de una nouvelle de Kenzaburo Oé va a precisar el concepto de gracioso sacrificio de duelo que el comentario lacaniano ya había esbozado. En filigrana de estos tres estudios particulares, la sombra gris de la muerte de un hijo tenderá sus redes de sueños y pesadillas.
Jean Allouch
Epeele 1998 / $220 M.N $22 U.S Dlls 22€.

(Se presenta a continuación el texto de la contratapa del libro: una ocurrencia con Jacques Lacan):
viraje.I.
El controlante le somete a Lacan su interpretación del caso.II.
Lacan:III.
-Es usted formidable, es exactamente eso.IV. Tres meses más tarde:
-Mi construcción debe ser falsa, esto va de mal en peor.Y sin embargo usted me dijo que era exactamente eso. ¡Nopuede ser eso!
Lacan: -Me alegro...
-¡¿?!
Lacan: -Me alegro mucho de que usted también se haya dadocuenta.
Laurent Cornaz
Epeele 1998 / $150 M.N $15 U.S Dlls 15€.
Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora que somos mortales. Este grito, que Valéry lanza a raíz de la Gran Guerra, plantea aquí un problema: ¿transmitiremos el proyecto civilizador moderno basado en la escritura de nuestra ciencia?
Cuando los griegos inauguraron su práctica del alfabeto concibieron la idea de un logo matematizable e íntegramente transmisible. Al formalizar la escritura del saber, nuestra modernidad descubre la imposibilidad de llevar a cabo el proyecto de transmitir, sin paradoja, la verdad de la ciencia. Entonces proliferan las tecnología -y ese malestar que Freud nombró...
Entre escritura y transmisión, ¿cuál es la relación?
En el antiguo relato El labrador y sus hijos se lee el enigma de su anudamiento: lo que para nosotros "hace mundo", lo nombramos con las palabras de un muerto que llamamos "padre". Pero, desde luego, ningún objeto "del mundo" responde al eco obsesivo de su voz de ultratumba...El objeto de la transmisión no tiene imagen, está por decirse. Y la escritura sólo logra firmar el duelo de esta ausencia.
¡No se puede dejar de comunicar! repiten los teóricos de la comunicación. Este libro nos remite al equívoco indecible en el que se trama la comunicación -y que lo escrito reitera hasta en la simulación de la Inteligencia Artificial. Nos remite a la experiencia banal de la inasequibilidad del otro, de la que surge, vital e irracional, la exigencia de transmitir, o sea, de hacer obra.
Laurent Cornaz
Epeele 1998 / $150. 15 US$. 15 €.
Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora que somos mortales. Este grito, que Valéry lanza a raíz de la Gran Guerra , plantea aquí un problema: ¿transmitiremos el proyecto civilizador moderno basado en la escritura de nuestra ciencia?
Cuando los griegos inauguraron su práctica del alfabeto concibieron la idea de un logo matematizable e íntegramente transmisible. Al formalizar la escritura del saber, nuestra modernidad descubre la imposibilidad de llevar a cabo el proyecto de transmitir, sin paradoja, la verdad de la ciencia. Entonces proliferan la tecnología -y ese malestar que Freud nombró...
Entre escritura y transmisión, ¿cuál es la relación?
En el antiguo relato El labrador y sus hijos se lee el enigma de su anudamiento: lo que para nosotros "hace mundo", lo nombramos con las palabras de un muerto que llamamos "padre". Pero, desde luego, ningún objeto "del mundo" responde al eco obsesivo de su voz de ultratumba...El objeto de la transmisión no tiene imagen, está por decirse. Y la escritura sólo logra firmar el duelo de esta ausencia.
¡No se puede dejar de comunicar! repiten los teóricos de la comunicación. Este libro nos remite al equívoco indecible en el que se trama la comunicación -y que lo escrito reitera hasta en la simulación de la Inteligencia Artificial. Nos remite a la experiencia banal de la inasequibilidad del otro, de la que surge, vital e irracional, la exigencia de transmitir, o sea, de hacer obra.
Jacques Maître
Epeele 1998 / $250 M.N $25 U.S Dlls 25€.
Prefacio de Georges Lantéri-Laura
Apéndice de textos de Jean Allouch, Laurent Cornaz y Jacques Maître

"No hay mucha gente hoy, en Francia que apoye la causa de las monografías clínicas profundizadas. 'Hoy' quiere decir en el mismo momento en que comenzamos a darnos cuenta de que, en la medicina más fragmentadora y más tecnicista, no utilizarlas es una dimisión de la razón. Si le debemos a Jacques Maître el hecho de tener acceso al caso de Pauline, es porque ha sido uno de los pocos que jugó el juego de la monografía clínica profundizada. Como realizó, con respecto a Pauline, un trabajo del que dispensa por lo mismo a sus lectores, podemos arriesgarnos a extraer algunas conclusiones de ese caso. Gracias a él nos enfrentamos nosotros también directamente a algunos elementos textuales del caso. Pero hizo algo más que ofrecernos ese cuerpo textual: dibujó, ya, las láminas de la anatomía. Muy notablemente, y contrariamente a Janet, se negó a disociar a Pauline de su amarre en lo religioso, de tal modo que nuestro abordaje del caso puede pretender, con o sin razón, llegar a lo esencial; dicho de otro modo, a aquello a partir de lo cual se ordenaría el conjunto de los detalles significativos".(Jean Allouch)
La investigación de Jacques Maître presentada aquí no se limita a revelar la identidad de Madeleine Lebouc, la paciente que Janet presenta en su libro De la ansiedad al éxtasis, a la que hizo célebre como una enferma que presentaba los fenómenos místicos esenciales, a la manera de Santa Teresa de Ávila. Se trataba, en efecto, de Pauline Laire Lamotte (Mayenne, 1853- Le Mans, 1918). Su trabajo permite, además, poner a la luz una serie de valiosos documentos que aquí se reproducen: su correspondencia, sus poesías, sus expresiones escritas, dibujos y cuadros, las fotos que la muestran en distintas etapas de su vida. Por otra parte, los importantes elementos biográficos descubiertos sirven a Jacques Maître de punto de partida para ciertas interpretaciones socio-históricas y psicoanalíticas, para la discusión sobre las relaciones entre delirio y psicosis y le permiten al mismo tiempo desplegar la postura de Pierre Janet, quien hizo de barrera ante la entrada de las ideas de Freud en Francia, a pesar de que su relación con "Madeleine" lo ponía en el camino de los descubrimientos psicoanalíticos.
Jean Allouch - Erik Porge - Mayette Viltard
Epeele 1995 / $220 M.N, $22 U.S Dlls 22€.

Nunca, en los anales de la criminología francesa, se había visto un crimen tan "horrible, abominable y monstruoso" como el sucedido la tarde del 2 de febrero de 1933 en la ciudad de Le Mans, en el norte de Francia.
Con estos y otros calificativos más, los encargados de la justicia civil (policías, procuradores, jueces, fiscales, abogados, criminólogos, psiquiatras forenses y demás peritos) expresaban su estupor ante los asesinatos de la señora Lancelin y su hija. Las empleadas domésticas de la familia Lancelin, Christine y Léa Papin, fueron detenidas de inmediato -nunca intentaron huir, ni negaron su crimen- "las masacramos", fueron sus palabras.
En un momento dado del proceso, la discusión cambió de terreno: del campo de lo jurídico se desplazó al de lo psiquiátrico. Dada la crueldad del crimen y de su aparente falta de motivo, ¿debía considerárseles responsables de su acto?
La polémica se desplegó. Hubo diferentes pronunciamientos a favor y en contra. Desde los peritos hasta los periodistas se pronunciaron, los hermanos Tharaud escribían sendas notas periodísticas. También se pronunciaron de inmediato Benjamin Péret y Paul Elouard en Le surréalisme au service de la révolution, y Jacques Lacan con su artículo Motifs du crime paranoïaque, publicado en la revista surrealista Le Minotaure. Más tarde, Jean Genet publicaría su pieza Las criadas, basada en ese acontecimiento, Jean Paul Sartre discutiría lo sucedido en Saint Genet, comédien et martyr, mientras que Simone de Beauvoir haría lo propio en La force de l'âge. Todavía más tarde, Vauthier y Papatakis filmarían Les abysses y P. Houdyer publicaría Le diable dans la peau.
¿Fue inmotivado el crimen? Si no lo fue, ¿cuáles fueron sus motivaciones? ¿fueron responsables Christine y Léa de su acto? ¿qué incidentes tuvieron una incidencia en el crimen y por qué? ¿acaso es posible un viraje de la paranoia a la esquizofrenia o más bien esta última sería una paranoia absolutamente lograda? ¿es posible que un ser hablante pueda "decirlo todo" y luego dejarse morir por la vía de una caquexia vesánica? ¿existe una folie à deux entre las dos hermanas o en realidad eran tres las Papin? El pasaje al acto fue una "solución", ¿a qué?
En 1984, tres psicoanalistas publicaron, por primera vez, lo que habría de ser el resultado de una fábrica de caso. Fabricaron el caso de las hermanas Papin -del cual este libro es su versión en nuestra lengua- y dieron respuesta a estas y a otras preguntas. En esta edición publicamos, además de las fotografías que aparecieron en la versión original, algunas fotos inéditas hasta ahora, así como una Addenda con un artículo de Jean Allouch que tampoco está presente en la edición francesa.
Jean Allouch
Epeele 1995 / $300 M.N $30 U.S Dlls 30€.

El presente libro fue escrito a partir de que Didier Anzieu hizo saber lo que hasta entonces era un rumor.
En junio de 1931, Jacques Lacan, a sus treinta y dos años, "joven psiquiatra", recibió por primera vez a cierta paciente. Su tesis de doctorado, escrita conforme avanzaba el tratamiento, iba a versar sobre ella misma.
Dieciocho años después, el primer día de enero de 1949, Didier Anzieu inició su análisis con Jacques Lacan, sin saber lo que descubriría durante su transcurso: su madre, Marguerite Anzieu -para entonces cocinera de un tal Alfred Lacan, padre de Jacques- era aquella a quien Lacan llamaba Aimée.
Jean Allouch, psicoanalista, miembro de la école lacanienne de psychanalyse, realizó la fábrica de caso de sendos encuentros. Con este trabajo, propio de un lector crítico, Allouch no sólo no retrocede ante la psicosis, sino que avanza en la senda abierta por Lacan en su tratamiento psicoanalítico.
La traducción de Epeele es la versión en español de la segunda edición francesa, corregida y aumentada.
Françoise Davoine
Epeele 1994 / $150.
"Tratar de penetrar la esencia de la locura es ya una locura", dijo Lacan. Esto, a pesar de la locura que conlleva, no ha impedido que algunos psicoanalistas lo hayan intentado.
Este libro, que ha sido objeto de fuertes y extensas polémicas, trata de principio a fin de la locura. Trata de penetrar en su esencia, y por lo tanto es también una locura que hace aparecer, bajo una estructura de ficción, verdades que tienen que ver con el psicoanálisis, el psicoanalista y ella misma. La autora, psicoanalista, hace aparecer a lo largo de libro a ciertos personajes con quienes mantiene un diálogo centrado en las dificultades y enigmas que le plantea su propia experiencia, que no es cualquiera. El psicoanalista que interroga y dialoga con la locura está jugado en "cuerpo y alma" con el loco que la porta, y es por ello que tener en claro la existencia de una "transferencia psicótica" es, ante todo, una cuestión preliminar a ser tomada en cuenta, ante todo posible diálogo con el loco.
El lector que busque un saber referencial en este libro, que espere fórmulas y lugares comunes, se verá ampliamente decepcionado. Este es un libro de clínica psicoanalítica que habrá de ser leído como una novela en la que cada uno de los protagonistas plantea situaciones vitales.
Clément Rosset
Epeele 1993 / $100 M.N $10 U.S Dlls 10€.
Louis Althusser, es sabido, asesinó a su esposa Hélène ahorcándola. Tras la publicación de la autobiografía del filósofo, L'avenir dure longtemps (El porvenir es largo, Ediciones Destino, Madrid, 1992), se desató en Francia una ola de pronunciamientos psiquiátricos sobre el caso, con un diagnóstico en común: psicosis maniaco-depresiva.
Clément Rosset fue alumno de Louis Althusser y, tras leer la autobiografía de su profesor, escribió un pequeño texto con un análisis puntual de ella y con sus recuerdos sobre Althusser. El fino análisis de Rosset dio motivo a la escritura de otro libro, de Jean Allouch, que va a contra-corriente del diagnóstico comúnmente admitido. Allouch no acepta el diagnóstico de psicosis maniaco-depresiva y cuestiona que el asesinato haya sido un pasaje al acto (recordando de paso que un periódico parisino lo describió irónicamente como un "masaje al acto"). ¿Era Althusser un psicótico?, ¿Fue el asesinato de su esposa el acto de un loco?
Epeele reunió los dos libros en un solo volumen para que el lector hispanohablante tenga acceso a ambos y pueda encarar, a su vez, sendas preguntas.
Philippe Julien - Sitesa
Epeele 1992
De 1932 a 1980 el comentario literal del texto freudiano por Jacques Lacan, pone como apuesta lo que en ese comentario se designa con sus nombres de imaginario, de simbólico, de real. El freudismo recibe con ello una buena barrida. Pero hoy, el comercio cultural lo hace retornar en una moda de freudolacanismo complaciente: desprecio del imaginario, exaltación de la palabra, no-saber del real.
Lo que habría sido el retorno a Freud de Jacques Lacan está aún por decirse, siguiendo la huella de la vía según la cual él mismo es freudiano. Una subversión del imaginario es mostrada aquí como uno de los efectos de ese retorno.
La dimensión imaginaria, de entrada identificada al narcisismo y por ello devaluada en beneficio del simbólico, se convertirá en lo único que permite hacer lazo entre el simbólico y el real.
¿Acaso sería por su aplicación al espejo que el psicoanalista es el soporte de ese otro imaginario en su invención y su presentación?
